En la vida diaria, los conflictos se presentan de forma natural en las relaciones sociales.
Como adultos, debemos acompañar, guiar a nuestros hijos a ver los conflictos como la oportunidad para aprender y crecer, dejándoles ver que todo se puede resolver mediante el diálogo oportuno y respetando la forma de pensar y actuar del otro por medio de la mediación.
Sin embargo, es importante recordar que no todo es negociable. En muchas ocasiones, es la autoridad de los padres, madres y/o del adulto a cargo; la que debe prevalecer, diciendo “no”, estableciendo límites y haciendo cumplir las normas.
¿Cómo solucionar un conflicto?
1.Identificar el problema.
2.Afrontar, buscar alternativas de solución.
3.Resolver.
¿Qué enseñamos a nuestros hijos/as en la búsqueda de soluciones?
1. Aprenden a resolver problemas con otros.
2. Practican el diálogo y la negociación como un método efectivo para la resolución de conflictos.
3. Fomentamos la responsabilidad, cuando resolvemos problemas cotidianos hasta lograr autonomía.
4. Fortalecemos el autoestima.
5. Educamos para la convivencia y la construcción de una cultura de paz.
Entonces, poco a poco irán solucionando dificultades con otras personas, practicarán el diálogo y la negociación como método habitual de resolución de conflictos.
“Recordemos, no todo conflicto es violencia.”