El convivir de manera armónica significa tener una relación positiva con las demás personas y establecer lazos de respeto, confianza y tolerancia. El hogar es el primer entorno en el cual aprendemos a convivir con los miembros de nuestra familia, desarrollando capacidades como la solidaridad, la empatía y la toma de decisiones conscientes.
¿Cómo fomentar una convivencia armónica en el ámbito familiar y social con niños y jóvenes?
– A través del diálogo y la comunicación asertiva: comunicando lo que sientes en primera persona y siendo específico. Por ejemplo: “Cuando no me enviaste la invitación a la reunión de ayer, yo me sentí excluido”.
– Dando paso a la expresión abierta de emociones.
– Estimulado con el ejemplo a no juzgar o etiquetar.
– Evitando las comparaciones.
– Respetando el espacio de cada persona y sus diferencias.
– Demostrando cariño y compartiendo tiempo en familia.
– Disculpándonos cuando nos equivocamos o hacemos daño a alguien.
– Mostrando educación en los diferentes espacios en los que nos encontramos.
Podemos fomentar una convivencia armónica escolar tomando en cuenta algunas recomendaciones:
– Respetando el turno para hablar, levantando mi mano y escuchando a mis compañeros.
– Expresándome en un lenguaje adecuado dentro y fuera del salón de clases.
– Fomentando frases como: buenos días, por favor, hasta mañana, préstame, gracias.
– Trabajando en equipo con cordialidad y respeto.
– Delimitando los espacios de aprendizaje y de juego.
Aprender a construir una convivencia armónica desde pequeños tanto en el hogar como en el ámbito escolar es vital dentro de la formación y desarrollo integral de los seres humanos. Esta va a permitir una vivencia responsable de la libertad y un compromiso hacia los derechos y deberes de la otra persona.