La universalidad de pensamientos y emociones que experimentamos frente al duelo o la pérdida de un ser querido pueden ser infinitas, y en ocasiones se puede pensar que es un acto manifiesto en un periodo corto de dolor o tristeza como parte de la respuesta ante una pérdida o muerte.
No obstante, sobrellevar esta ausencia, podría representar uno de los mayores retos a los cuales nos tenemos que enfrentar, si bien, las pérdidas constituyen un camino natural en nuestras vidas, no se puede evitar la confusión espontánea que puede dar lugar a largos y muchas veces dolorosos períodos de tristeza y depresión, la diferencia radica en la forma en cómo reaccionamos ante la muerte, y los mecanismos esenciales que nos permiten gestionar de mejor manera el dolor que esto conlleva.
Varias investigaciones han realizado un acercamiento sobre el tiempo estimado en el cual una persona puede sobrellevar el duelo, variando, desde algunos meses hasta el año, sin embargo, no existe una duración específica del duelo, ni tampoco el anticipar los eventos que se presentarán en sus distintas fases, sino que, por el contrario, en muchas ocasiones las personas no siempre atraviesan dichas fases de forma progresiva.
Lo que sí es evidente, es que el paso del tiempo, permite a la mayoría de las personas recuperarse de esta ausencia, siempre y cuando, cuente con el apoyo de su contexto social, sea este de familiares, profesionales en salud o amigos cercanos.
El hablar de la pérdida o muerte de un ser querido, con amigos, colegas, puede facilitar el entender de mejor manera qué fue lo que sucedió, así como también recordarlo con cariño el tiempo que estuvo con nosotros, la negación ante lo ocurrido, puede llevar fácilmente al aislamiento.
La pérdida puede llevarnos a experimentar todo tipo de emociones, sean estas, de rabia, enojo, tristeza o agotamiento, el reconocerlas, aceptarlas y normalizarlas será un primer paso de este camino de aceptación.
Cabe recalcar que las emociones que se llegan a experimentar pueden tornarse muy abrumantes y muchas veces difíciles de manejar, por tal razón, es necesario no descartar la búsqueda de un espacio de contención y apoyo con un profesional en el área de psicología, quien, con su ayuda y formación, permitirá gestionar de forma más asertiva sus sentimientos en torno al duelo.
Si está en sus manos ayudar a otras personas que también están luchando con esta emoción, le permitirá sentirse mejor, en ocasiones el compartir historias o anécdotas sobre aquellos que ya no están pueden llevar a ayudar a todos a lidiar con ello.